Historia

NUESTROS ORÍGENES

Aceite extra virgen olidepepdebru

PEP DE BRU representa la última dinastía BRU dedicada a la producción y elaboración oleícola.

Al margen del origen de las plantaciones de olivos en la Península, la tradición oleícola en toda esta zona queda ligada a las etapas mudéjar y morisca, en definitiva, a la cultura mora.

De raza le viene al galgo…

La tradición oleícola en Beniatjar arranca de muy lejos. Ya en 1611, en la Carta Pobla (documento que regula la repartición efectuada a 50 nuevos pobladores, de las casas y tierras abandonadas por los moriscos tras la famosa expulsión llevada a cabo en 1609), el Conde del Real, “Señor” de la Baronía de Beniatjar, que comprendía los pueblos de Salem, El Ràfol y Beniatjar, sin menoscabo a su derecho de tener almazara propia, permitió, generosamente, que los nuevos pobladores pudieran establecer sus almazaras particulares. Y esta licencia cristalizó en una decena de almazaras caseras, algunos de cuyos nombres aún resuenan en la memoria de los más veteranos de la localidad:  la de la Plaça (o del tio Pitxot), la del Còssi, la del Raconet, la de la Costereta, la del Cheulit, la del tio Rull, la de les Meregildes, la dels Manolots…

 

Trayectoria

Los Cortell, procedentes de tierras de Lérida (entre los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorzana), se instalaron en la Baronía de Beniatjar a finales del siglo XVII. A primeros del XVIII, Gabriel Cortell era el recaudador de los derechos reales de Beniatjar, cargo que pasó a Bruno (Bru) Cortell, a mitad de la centuria. A finales del siglo figura Bautista Cortell, como arrendador de una de las almazaras. Y un descendiente directo de Bruno (Bru) Cortell sería Pep de Bru, que constituye el último eslabón de la cadena. 

Aceites PEP DE BRU es un ente familiar de recia estirpe, dedicado de lleno a la obtención de un aceite de calidad virgen extra, calidad que se consigue gracias a tres factores-clave en el proceso de producción: la naturaleza de los olivos (algunos de ellos centenarios), el favorable microclima, y un procedimiento puntualmente previsto, que vigila la selección de la oliva, atiende la recolección y controla con rigor la molturación.

 

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Magnífica es la ubicación de nuestros olivares, que se extienden a lo largo y ancho de la ladera norte de la Sierra del Benicadell, ocupando la fértil zona conocida precisamente como Umbría del Benicadell, cuna de viejas culturas, como la mesolítica (presente en las cuevas rupestres), la ibérica (con un poblado ibérico, aún por explorar), y la, que se perpetúa en el paraje denominado Pont dels Moros

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Excelente es también el terreno, con abundancia de suelos pardos calcáreos, ricos en carbonato cálcico (nutriente ideal para especies leñosas, como el olivo), y que cuentan a su favor con la humedad estable que les proporciona la falda de la Sierra.

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El escenario agrícola de nuestros cultivos ocupa partidas (documentadas ya en la Carta Pobla de 1611), con nombres tan significativos como La Serra, La Heretat, Benihaya, El Pont dels Moros, El Barranc de Benicadel, El Castell [de Carbonera], Tras Castell; estos últimos, con remembranza histórica de la figura del Cid Campeador, “Señor” -a finales del s. XI- del sistema defensivo que conformaban los castillos de Benicadell, Carbonera y Carrícola.

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Factor favorable es, igualmente, la altitud del terreno, a más de 400m.s.n.m., donde soplan vientos propicios (de nordeste y de levante), al tiempo que queda a resguardo de los vientos del sur.

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Extraordinaria a todas luces es la climatología, con lluvias suficientes y humedad estable en la umbría de la Sierra.

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Rigurosa es la tarea de recolección, que se efectúa los sábados del mes de octubre, clasificando por separado las tres variedades (Picual, Manzanilla y Blanqueta). Y el cargamento se lleva a molturar a las 9 de la mañana del domingo. En todo caso, el tiempo transcurrido entre recolección y molturación no excede de 24 horas

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La molturación se efectúa controlando el rendimiento del aceite entre los parámetros 13% y 15%. Conseguido este último porcentaje, se interrumpe la extracción, y el aceite se destina ya para otros tipos de inferior calidad.

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Todo este conjunto de requisitos es el que hace posible el milagro de una producción oleícola de primerísima calidad, en las variedades PICUAL,  MANZANILLA y BLANQUETA.

Envases y embotellado

En nuestro catálogo incluimos 3 tipos de envase 0.5L, 1L y 2L. Los envases son de plástico, lata o cristal.

Plástico

El envase de plástico de 0.5L, 1L, o 2L son ideales para catas, regalos y detalles de boda. Disponible en Manzanilla, picual y blanqueta.

Metal

Los envases de metal son, sin duda, los que menos alteran el sabor. Ofreciendo asi una pureza del 99% a los 5 años de conservación.

Cristal

Sin duda el envase más elegante. Disponible en 0,5L, 1L y 2L y con sabor picual y manzanilla.